1
Desde luego, ayer no parabas de mirarla con ojitos de cordero degollado.
2
La mirada de cordero degollado que precedía la ristra de excusas tontas.
3
La cuadrúpeda se sienta y de nuevo pone mirada de cordero degollado.
4
Él, desde luego, tiene tendencia a mirarla con ojos de cordero degollado.
5
Lo único que supo hacer fue mirarla con ojos de cordero degollado.
6
Le odió por tomar esa actitud de cordero degollado con ojos lánguidos.
7
Una de ellas, una mujer escuálida con ojos de cordero degollado dice:
8
Aviraz se sentó obediente y le miró con cara de cordero degollado.
9
Él sonrió con cara de cordero degollado y se encogió de hombros.
10
Me miraban o con ojos de cordero degollado, o ausentes, o desafiantes.
11
Le tomó las manos y la miró con ojos de cordero degollado.
12
Se volvió de espaldas al asesino y cayó como un cordero degollado.
13
Cuando ponía esa cara de cordero degollado, era incapaz de negarle algo.
14
Pero la próxima vez, dilo sin poner esa cara de cordero degollado.
15
Tendrías que ver cómo me mira ahora, con ojos de cordero degollado.
16
El futuro se moría allí mismo, con cara de cordero degollado.
