En la estepa rodamos momentos crepusculares para tener una luz más especial.

Desde el campo nos llegan los gritos de una ola de crepusculares.

A los noventa días crepusculares de encierro prenatal establecieron esa única industria.

Entre los huecos que dejan los crepusculares colgantes miro hacia el puente.

Al parecer, tenía delirios sobre una cura para los crepusculares: el Origen.

La tarde me envolvió en la vivificante humedad de sus sábanas crepusculares.

Luego los crepusculares tomaron la ciudad, y parece que todavía están allí.

En lo alto de las montañas, se abrieron las tenues nubes crepusculares.

Los rayos crepusculares del sol iluminaban el lado opuesto de la cumbrera.

Regresaban amorosamente cómplices de la finca, esa tarde de increíbles oros crepusculares.

A lo lejos, las nubes crepusculares se desgarran en un vaporoso abrazo.

Solo hacia poniente una faja indecisa se iluminaba con los resplandores crepusculares.

De pronto, como si cruzaras un umbral, entras en sus tierras crepusculares.

Que todo era por el bien de las almas de los crepusculares.

Llegó a creer que se podía encontrar una cura para los crepusculares.

Después las sombras crepusculares serenas de la terraza se fracturaron, se escindieron.