Cuando miraba el cuerpo maltrecho de Max, Beatrice veía su propio futuro.

Parecía que todo el vigor de su cuerpo maltrecho se concentraba allí.

Tuvieron que sostener aquel cuerpo maltrecho con la ayuda de dos hierros.

Cortaron las ligaduras que sujetaban su cuerpo maltrecho a la cruz aspada.

Él aceptó su cuerpo maltrecho y la ayudó a volver a quererse.

Su expresión angustiada y la fragilidad de su cuerpo maltrecho le aconsejaron esperar.

Aquel descubrimiento actuó como un revulsivo para mi espíritu y mi cuerpo maltrecho.

Resultaba difícil calcular su edad, tenía el rostro joven, pero el cuerpo maltrecho.

Sin aviso alguno, surgió una voz desde las honduras de ese cuerpo maltrecho.

Esa era la potencia maléfica que animaba a mi cuerpo maltrecho.

Le parecía increíble que aquel cuerpo maltrecho fuera el del Magnífico.

Un caldo amargo que ayudó a mi cuerpo maltrecho a sobreponerse.

Soy un anciano atrapado en el cuerpo maltrecho de un joven.

Las sentí como balazos, tres tiros más sobre mi cuerpo maltrecho.

A ratos me olvidaba de todo salvo de mi cuerpo maltrecho.

Su cuerpo maltrecho despertó, y un terrible alarido se atascó en su garganta.