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Y Radio Nacional venga a dar la matraca con aquella música de chin-pún, chin-pún.
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El problema es que somos muy nuestros y seguimos empeñados en dar la matraca.
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Media hora más tarde, cuando por fin despegaron, el fastidioso niño comenzó a dar la matraca.
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Ya no te voy a dar la matraca.
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No creas que me gusta dar la matraca con eso, pero quiero ir a la Escuela Lowen.
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Eso es lo que dicen los que detestan el deporte para que les dejen de dar la matraca.
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Pero si haces una promesa así, prepárate, porque mañana te vendrá a dar la matraca a las ocho de la mañana.
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Porque ellos, algún día, me volverán a dar la matraca con lo de "¿Recuerdas?, ¿recuerdas?", y quisiera poder seguir respondiéndoles que no.
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Las cosas de mi padre: pedirse platos con trufas del menú y dar la matraca con Obama y Remnick, todos esos que odian a Israel.
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A mi yerno siciliano se le había ocurrido que algún día sería un gran compositor y no dejó de dar la matraca con el piano.
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Continué dando la matraca y llorando hasta que mamá finalmente cedió.
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Te estoy dando la matraca con mis cuitas, Toni, y eres mi invitado.
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Le dio la matraca, lo regañó y hasta recurrió a tirar esos malditos cigarrillos.
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Vuelven a enmudecer, mientras la radio sigue dando la matraca.
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Que les hace una ilusión enorme y te dan la matraca desde hace mucho.
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Hasta a los típicos pesados que dan la matraca.
