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Finalmente, pudimos dedicar nuestra atención a asuntos de menor importancia.
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Zach y yo fingimos dedicar nuestra atención a los espárragos.
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Una vez que tengamos esta situación bajo control, podremos dedicar nuestra atención a los problemas menos urgentes.
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Ahora vamos a dedicar nuestra atención a la segunda tarea planteada a la evolución de la niña.
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Ahora podíamos dedicar nuestra atención a cómo, cuándo y dónde habían interactuado íntimamente los humanos modernos con los neandertales.
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El único remedio fue dedicar nuestra atención a otra actividad, por ejemplo a trabajar los metales, cosa que también llegamos a dominar.
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El faraón gobierna orientando las fuerzas vitales de las que es depositario, y a esta noción vamos a dedicar nuestra atención inmediatamente.
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Por consiguiente, la pregunta es la siguiente: ¿cómo decidir a qué anomalías conviene dedicar nuestra atención y cuáles han de pasarse por alto?
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En ese momento llegó Mamá algo despeinada, y tuvimos que dedicar nuestra atención a la tarea de introducir a Roger en el coche.
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Los otros dos contrabandistas también fueron atados y amordazados y, hecho esto, pudimos dedicar nuestra atención a ver lo que pasaba en el exterior.
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Es a este complejo proceso al que seguidamente dedicaremos nuestra atención.
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Aprovechando ese trampolín, dedicaremos nuestra atención a un contrincante más difícil.
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El camarero se retiró y dedicamos nuestra atención a las tazas.
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Llegamos al museo y dedicamos nuestra atención a los cuadros.
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Muy bien, tenemos ese intrigante trabajo de Volk, al que dedicaremos nuestra atención más distinguida.
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No hay un solo tema que merezca que le dediquemos nuestra atención más de unos instantes.