Pero no disparéis con vuestras flechas a estos pobres y desdichados viajeros -suplicóOerlikon-

No quiero que le disparéis con las manos levantadas.

Si parece fácil, quiero que vengáis conmigo y disparéis con cualquier cosa que sea convincente.

Aunque me disparéis con un mosquete, probablemente esta hoja le cortaría la garganta en ese mismo momento.

¡No disparéis con los fusiles y acometed a esos canallas con las bayonetas!