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Berguist, el druida, expuso las condiciones del tratado con claridad y sencillez.
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Para ser un druida de verdad es necesario estudiar, es necesario examinarse.
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Su primer impulso fue avanzar con paso resuelto y enfrentarse al druida.
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Todavía no es el momento; limitaos a seguirme, había dicho el druida.
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El druida lo observó con atención y en silencio durante varios minutos.
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La druidesa volvió hacia ella su mirada vivaz y su amplia sonrisa.
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Las manos de la druidesa quedaron envueltas en un extraño resplandor rojizo.
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Kim se volvió hacia ella, pero la druidesa ya se había ido.
4
El árbol monstruo, espoleado por la druidesa, avanzaba ligero por el bosque.
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Kim no cambió de postura para mirar a la druidesa; estaba demasiado cómoda.
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Según pronunciaba las terribles acusaciones, la tez de la futura druidesa fue palideciendo.
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Ante estas últimas palabras, la druidesa no pudo decir nada más.
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Aún oyeron la voz, medio burlona, medio disculpándose, de la druidesa de Mannawinard:
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La druidesa Eithne avanzó con las manos alzadas y logró imponer su autoridad.
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A la futura druidesa le acongojó la modestia con que malvivían.
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La futura druidesa comprendió que debía vencer sus recelos y por eso añadió:
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Harvey es una druidesa sin edad que arroja hechizos sobre nosotros.
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Como Divea está obligada a volver convertida en druidesa, nosotras también lo haremos.
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Y un poco blasfema, considerando que iba a convertirse en druidesa.
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La amo y la venero, como la druidesa sabia que es.
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La druidesa cayó sin un gemido, con el rostro hacia abajo.
