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El 2 de septiembre sacaron a Jesús Merino, enfermo del mal de Pott, del Dispensario de Balaguer.
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Fui hacia él como un enfermo del mal de Amok, pero cuando me encontraba a pocos pasos, me vio.
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Estáis enfermo del mal portugués.
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Desde aquel momento tuvo intención de abandonar Nantes, pero el viejo Faucombe cayó enfermo del mal que se lo llevó.
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Creo haber soñado con su voz podrida que entraba por mi ventana para decirme Yo soy enfermo del mal de Lázaro.
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Para salvarle, volví con él a Venecia en primavera, y vi cómo era el enfermo del mal de la ciudad triste.
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El músico y poeta falleció en Buenos Aires, Argentina, en 1972, enfermo del mal de chagas y sin poder volver a su país.
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Un enfermo del mal de Pringle necesitaba atención médica constante, y en base Copérnico quizás no contasen con el equipo de especialistas adecuado para Dane.
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Ayer, quizá pertenecían a un leproso; el día anterior, a un burgués enfermo del mal francés, y el anterior, a un cerdo vestido de sarna.
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Cuando la pareja tiene todo listo, Nader se echa atrás porque alega que no quiere dejar solo a su padre, enfermo del mal de Alzheimer.
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En verdad que nosotros estábamos enfermos del mal, pero nos era imposible entenderlo.
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Es fray Martín de Porres, el mulato milagrero de los enfermos del mal de Lázaro.
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Allí vivían, apartados del resto del mundo, los enfermos del mal de San Lázaro: los leprosos.
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Su efecto es igualmente dirigido al tratamiento de la depresión y de enfermos del mal de Parkinson.
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El enfermo del Mal de Parkinson
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Los enfermos del mal del Laberinto nunca permanecen aquí demasiado tiempo; solo el necesario para que les demos consejo y los curemos.