Levanté la vista hacia la montaña que se erguía sobre mí: nadie.

Por primera vez en muchas semanas Dennin se erguía sobre sus pies.

Se erguía sobre dos piernas y medía casi tres metros de alto.

Cuando se erguía sobre sus finas patas, Morritos mantenía un precario equilibrio.

Angelo, que cual una severa advertencia del Papado se erguía sobre Roma.

El camarada Vigía se erguía sobre el cadáver del encargado del lanzacohetes.

Tenía dos plantas y se erguía sobre una pequeña elevación del terreno.

Montemarte se erguía sobre una colina en las afueras de Harpers Ferry.

Su inmensa fachada Beaux Arts se erguía sobre una hilera de hayas.

Una gran edificación amurallada se erguía sobre una colina en las afueras.

Se erguía sobre él, amenazante, como la horrible visión de una pesadilla.

Ádega se erguía sobre las rodillas, gritando con la voz ya ronca:

Vertumnus se erguía sobre él, con la espada brillando en su mano.

Tirón se erguía sobre él, sosteniendo en la mano un ladrillo ensangrentado.

Venus se erguía sobre una de ellas, una estatua de bronce deslustrada.

Ella se erguía sobre mí, con una expresión salvaje en el rostro.