Pronto habría luna llena y otra reunión de sirenas en la ruca.

Las Von Baer pasaban toda la tarde en la ruca, tomando mate.

Qué sacón de onda, mana, pero a esa ruca nadie la quería.

En la ruca nadie tiene vergüenza, todo es abundancia y vida.

Me dirigí extrañado hacia la ruca, mientras las cabras repechaban felices la loma.

Courtney solo pidió ensalada de roqueta con zumo de limón, sin aliñar.

Los Corazones Negros bajaron corriendo al patio y salieron de la roqueta.

Se acercaban cada vez más a la puerta de la roqueta.

La puerta de la roqueta ardía con un extraño fuego verde.

En lo alto rugían cañones y de los muros de la roqueta caían piedras.

No se veían personas ni animales por ninguna parte y tampoco las rucas.

Hay quienes dicen que las cincuentonas ya estamos rucas, pero no.

Se ven tres rucas de paja y un conjunto ambulante de parvas de heno.

Teresa había comprobado que, en prisión, las rucas tenían más redaños que algunos hombres.

Los pobres indios, acorralados en sus rucas, no podían hacer nada con tantos españoles por todos lados.

Y era ella quien estaba pariendo a la oruga blanca..., en realidad: una vaca totalmente desarrollada.

Mientras la comitiva avanzaba, la precedían paso a paso como una gigantesca oruga blanca y negra.

Una oruga blanca y peluda, legiones enteras que acechaban en todas las casas pero ocultas a la vista.

Lucía una combinación de barba y bigote que parecía una escuálida oruga blanca paseando en torno a la boca.

Un grupo de escolares uniformados, cogidos de la mano de dos en dos, serpenteaba como una oruga blanca y azul.

Actualmente, juegan la mayoría de sus partidos en el campo de El Jamarguillo, situado en la calle Eras de Santa Ana de la capital.

Paolo pone sobre la mesa que hay junto a Step una enorme ensalada con ruqueta, parmesano y trozos de champiñón.

En su frente se dibujaban unas profundas arugas.

Su frente se llenó de arugas.