Sin embargo, Roland ascendió los tres anchos escalones de madera sin vacilar.

Otra mejora fue la colocación de nuevos escalones de madera con rellenos.

Atravesó el campo abierto y subió por los estrechos escalones de madera.

Nos sentamos en los gastados escalones de madera en un amable silencio.

Nota la calidez de los escalones de madera bajo los pies descalzos.

Los escalones de madera descendían por una zona ensombrecida por los árboles.

Recorrieron los escalones de madera, apoyándose en la barandilla para evitar caer.

Tras bajar por unos escalones de madera, volvieron a cerrarla tras ellos.

Los escalones de madera rechinaron bajo el peso de los dos hombres.

Todos la seguimos, haciendo crujir los escalones de madera bajo nuestro peso.

Mientras descendían los cuatro, los escalones de madera crujieron bajo sus pies.

Finalmente subió por los escalones de madera que conducían a su casa.

Estaba a un metro del suelo, separada por cuatro escalones de madera.

Al otro lado había una escalera de caracol con escalones de madera.

Dan sintió que los escalones de madera se vencían bajo su peso.

Subimos los escalones de madera, que insistieron en crujir bajo nuestro peso.