1
Según como veía la esclerótica, la Señora tocaba el timbre y ordenaba:
2
Tenía petequias en la esclerótica, pero no he visto indicios de estrangulamiento.
3
Jamás había visto unas pupilas rojas, un iris confundido en la esclerótica.
4
Si este amor y curiosidad individuales fracasan, su tradición se hace esclerótica.
5
Tenía los ojos semiabiertos y la esclerótica mostraba un tono marrón apagado.
6
Tenía los ojos rojos de los capilares que le dibujaban la esclerótica.
7
Tenía los ojos enrojecidos, con la esclerótica amarillenta repleta de venas reventadas.
8
Tenía los ojos despiertos, pero un ribete rosáceo le orlaba la esclerótica.
9
No había iris, pupilas ni esclerótica, nada salvo una infinita extensión negra.
10
La esclerótica de uno de sus ojos estaba de color rojo sangre.
11
Marcas del paso del tiempo y advertencias a una memoria en fase esclerótica.
12
Tenía la piel pálida y la esclerótica roja, con cientos de pequeñas hemorragias.
13
El mismo brillo metálico del agua en el asfalto parecía esclerótica de agonizante.
14
No hay áreas irregulares de hemorragia en la esclerótica ni en la conjuntiva.
15
A continuación sus pupilas continuaron ensanchándose hasta cubrir toda la esclerótica.
16
Pero lo que más le llamó la atención se encontraba en la esclerótica.