Tan solo hace días, escuchabas con respeto; ahora es una distracción.

Hace diez años, en este mismo lugar, escuchabas con interés las sentencias de los sabios.

La escuchabas con la respiración en suspenso a finales de verano, con aquella extraña claridad.

Y si escuchabas con mucha atención podías oír voces.

En general, la tenía, si escuchabas con suficiente atención.

Te mostrabas curiosa y me escuchabas con gran interés.

Al principio parecía ultraterreno, desprovisto de ritmo y de melodía, hasta que lo escuchabas con atención.

Si cerrabas los ojos mientras escuchabas con los auriculares te desorientaba bastante y resultaba absolutamente convincente.

Si escuchabas con atención apenas distinguías el bum-bum-bum de la pista central de la planta de arriba.

Si escuchabas con la suficiente atención, en el vacío de su interior resonaba el eco de su risa.

Y si escuchabas con más atención aún podías oír rítmicos palmetazos y suaves silbidos, gemidos, zumbidos y susurros.

Me escuchabas con aire de condescendencia, te burlabas de mi condición de druida, pero...

Sucedía únicamente que tú nunca escuchabas con mucha atención...

Cada historia fue ordenándose en mi cabeza gracias a que tú, Ana, escuchabas con atención, sobre todo cuando los personajes eran femeninos.

En Dirangesept, el ruido de fondo era un zumbido suave y, tan uniforme, que creías que era el silencio hasta que escuchabas con atención.

Por las tardes veíamos cómo el sol se ponía tras el Acro... Y tú escuchabas con los ojos entrecerrados mientras yo hablaba del amor.