El dwenda se retorció, pataleó, olvidada en alguna parte la espada bastarda.

El jinete miró a su barbudo acompañante, que desenvainó una espada bastarda.

Se acercó a la fogata agarrando fuertemente su espada bastarda con ambas manos.

Sonó un cuerno y el corpulento campesino desenvainó una gran espada bastarda herrumbrosa.

Yelinda pronto volvió con una espada bastarda dentro de su funda.

Manejaba una espada bastarda y era, de largo, el guerrero más activo de todos.

Regdar chilló de frustración y golpeó con su espada bastarda.

Regdar se pasó la espada bastarda a la mano izquierda y sacó un cuchillo.

Bañat desenfundó su propia arma, una espada bastarda, y sujetó la empuñadura con ambas manos.

Enfundó su espada bastarda y miró a su alrededor.

Una espada bastarda cayó como un aguijón sobre el lugar donde ella ya no estaba.

Hadrian tenía la espada bastarda en una mano y la espada corta en la otra.

De la nada, Ashgrin tenía una feroz espada bastarda azul que llameaba en sus manos.

Su espada bastarda habría resultado difícil de manejar.

Sus manos delicadas y sus brazos infantiles no aguantarían siquiera el peso de una espada bastarda.

Desenganchó la espada bastarda que pendía de su cinto, sin desenvainarla, y se la ofreció a Karris.