Sentí un estremecimiento, una especie de desvarío como si buscase el recuerdo de esa mirada.

Las consideraba una especie de desvarío político juvenil.

Mil ideas se alzaron en el corazón del buen hombre y le sumieron en una especie de desvarío.

No respondió de ninguna manera a mis reproches, salvo mirarme con una especie de desvarío y desesperación en los ojos.

Algunas veces, poseído de una especie de desvarío, se lanzaba hacia la puerta, como si quisiera ir a reunirse con ellas.

Mil ideas contradictorias surgieron en el corazón del pobre vicario, al ver lo que veía, sumiéndolo en una especie de desvarío.

Deambulé por la habitación vacía, sumida en una especie de desvarío de hilaridad, con el pelo suelto y alborotado, y las rodillas temblorosas.