Ahora estate quieto -searrodilló a su lado, preparándose para lo peor.

Tranquilo, Norman; estate quieto de una vez, no arreglas nada poniéndote nervioso.

Y por el amor de Dios, ¡ estate quieto de una vez, hijo!

Y ahora estate quieto; en cualquier momento estará aquí la criada.

Ahora estate quieto o estropearás mi obra y te quedará una fea cicatriz.

Así que estate quieto de una vez y baja al niño.

Súbete a la reja, agárrate a los barrotes y estate quieto.

Pero te dolerá más si te mueves, así que estate quieto.

Y estate quieto, hombre, que pareces más nervioso que la yegua.

Algo que no podía ver le dijo estate quieto, Benítez; ni un paso; sosiego.

Y ahora estate quieto y no te muerdas la lengua.

Nadie patina con casco, así que estate quieto para que pueda ponerte los patines.

Llora ahora, si es que necesitas hacerlo, pero estate quieto.

Túmbate y estate quieto -leordenó Tanya, agitando un dedo.

Deja que te diga lo que quiera y estate quieto.

Venga, estate quieto antes de que llame a la poli.