1
Las olas mantenían su eterna cantinela, su movimiento de ida y vuelta.
2
Para el verano, para el verano..., la eterna cantinela de Poroth.
3
Entonces comenzó la eterna cantinela: "¡Ay!, ¡si el cielo lo hubiera querido!
4
Y se oye repetir la eterna cantinela: "España no está preparada".
5
Otra tradición que se extingue, pensó: la eterna cantinela.
6
Luego, cuando él volvía a salir, la eterna cantinela.
7
Y acercándose el uno al otro continuaron en voz baja la eterna cantinela de los humildes.
8
Tal era la eterna cantinela de don Luis, que repetía aquellas palabras abriendo mucho los ojos.
9
Mi padre y su eterna cantinela sobre Laponia y las grandes aventuras que allí había tenido.
10
Y naturalmente; "¡Tú no puedes comprender!" La eterna cantinela.
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Me parece que empezó a hablar, a decir su eterna cantinela: que yo estaba enferma, o algo parecido.
12
La eterna cantinela: apellido, nombre, dirección y teléfono, fecha y lugar de nacimiento, etc. ¡Ah, sí, algo nuevo!
13
Estaba cantando su eterna cantinela, al tiempo que jugaba con los dedos y no pareció advertir la presencia de su padre.
14
Siempre se repetía la eterna cantinela, y el público la acogía con las mismas muestras de aprobación y de entusiasmo de siempre.
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El toque de queda del claustro sonó cuando el doctor Jacques repetía en voz muy baja a su compañero su eterna cantinela:
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Algo sigue diciendo su papá: la eterna cantinela de que de todas maneras estar entre los finalistas no significa ganar el premio.
