Ponter sacudió la cabeza y regresó a la extraña cama elevada.

La extraña cama tenía bultos, y Susannah no pudo dormir.

Entonces la extraña cama descendió en línea recta.

Ellen miró la almohada blanca y se preguntó quién la habría dejado en aquella extraña cama.

Se quedó a su lado, a la cabecera de la extraña cama, mirándola, sin decir nada.

Cuando volví en mí, yacía en una extraña cama de pieles que despedía un fuerte olor.

Sarah se tumbó en la extraña cama de su extraño hogar y se encogió como un ovillo.

Solamente había una extraña cama sobre la cual estaba tendido... una cama que no era una cama.

Jamás me había gustado tanto mi extraña cama como cuando estuve tumbado en ella con Mona, bajo aquel baldaquino.

Se bajó de la extraña cama, oyendo uno de los cables negros sonar mientras era empujado, y luego liberado.

No había nada en esa habitación que le resultase conocido, ni siquiera la extraña cama en la que estaba acostado.

Benjy las fue colocando a su comodidad y por fin se dispuso a dormir en su extraña cama que olía muy bien.

Me fue ofrecida una extraña cama hecha de redes de algodón y colgada entre dos palmas, y de comer una amarga raíz.

Sin saber por qué, intuía que no debían entregarse a aquellas bromas mientras el hombre vestido dormía profundamente en aquella extraña cama.

Estaba en una extraña cama, en una extraña habitación con un extravagante techo que le producía la impresión de hallarse en el exterior.

Después, mientras seguía tendida en aquella extraña cama del reino de las hadas, me asaltó otra idea al recordar algo que había dicho Oberón.