En cuanto subí con extraordinariaalacridad y el carruaje empezó a cruzarlo, prosiguió- :Sucediólo que yo temía, ¿sabe?
2
Sentía una extraordinariaalacridad intelectual y su caudal de palabras -naturalmentefácil-acelerado al céntuplo, se iba entreverando de grandes carcajadas.