Apretó contra su pecho la figurilla de marfil; deseaba poder acompañarle.

Dejó la figurilla de marfil que tenía en la mano.

Se quedó mirando la figurilla de marfil que había tallado.

Cuando terminó, sostuvo en el aire la figurilla de marfil y la hizo girar lentamente.

Observó con estupor cómo desenvolvía una grácil figurilla de marfil que el tiempo había ido oscureciendo.

Plumas, lápices, algunos recuerdos... una figurilla de marfil que le había regalado a su padre años atrás.

Hombre-que-mata se estiró hacia una figurilla de marfil: un hombre en un ikyak, con dos focas atadas a la popa.

Al final, uno de los consejeros le tendió una rara figurilla de marfil, no más grande que un dedo pulgar.

Sentía una presión sobre sus ojos y la figurilla de marfil la veía borrosa; se la llevó al pecho; la amaba.

Sobre la mesa estaban la figurilla de marfil, un barril de un cuarto de cerveza, una cruz espinosa, y un corazón.

Frotó la blanca figurilla de marfil hasta que, en su mano, pareció adquirir, junto con una mayor ligereza, un calor artificial.

El anciano me había marcado la cara con diferentes tonos de ocre, además de regalarme una figurilla de marfil en forma de oso.

Se llevó la mano al bolsillo y sintió el tacto suave de la figurilla de marfil que iba con él a todas partes.

Vio un bulto de cuero cerca de la pared, junto a la cama de ella, y metió la figurilla de marfil entre unos pliegues.

Olvidó al escultor que había visto dar los últimos toques a una figurilla de marfil, un volatinero realizando el mismo salto: lo fascinaba el color.

Sobre la repisa de la chimenea, un carrillón y unas figurillas de marfil.