1
En todo Anglia Oriental no encontraréis forjador de espadas mejor que ella.
2
Para ser un buen forjador de espadas hay que tenerlo y ya está.
3
Al comienzo de la era Edo, existió un famoso forjador de espadas: Muramasa.
4
El alumno de un gran forjador de espadas pretendía haber superado al maestro.
5
Pero yo nunca he sido aprendiz de herrero ni de forjador de espadas.
6
Pero me preguntó si yo era Ydeon, el forjador de espadas.
7
Cuando llegó Mancebo con el dinero, ya el forjador de espadas no estaba allí.
8
Pregunta en Ipswich por maese Donovan; es el mejor forjador de espadas de Anglia Oriental.
9
Por no hablar de Ydeon, el forjador de espadas.
10
El forjador de espadas me rogó también que partiera.
11
Parecía más un orfebre que un forjador de espadas.
12
No he nacido para ser forjador de espadas.
13
Creí que tenía alma de herrero y forjador de espadas, pero he aprendido que estaba equivocado.
14
Preguntad por Donovan, el forjador de espadas.
15
El novio era un forjador de espadas.
16
Hubiera querido hacer de Carminos uno de los guardianes de mi Calípolis, su forjador de espadas y de lanzas.
