La verdad tiene su propia virtud; la buena acción tiene su propia virtud, y no podemos desestimar jamás el poder fructificador del Todopoderoso...
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Era tal su dolor que negó a la tierra sus dones fructificadores, con lo que surgió la amenaza de un hambre universal.
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Fijaos, milord, pensadlo bien: la noble casa de Calvert, los barones de Baltimore, constructores de naciones, portadores de luz, fructificadores de la tierra baldía.