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De todas ellas destacan especialmente dos: la lepra y el fuego de San Antón.
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Los pacientes que sobrevivían al fuego de San Antón lo hacían a costa de sufrir grandes mutilaciones.
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El fuego de San Antón
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-Sufrenel mal llamado " fuego de San Antón" -respondió el monje.
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Seguidamente, hizo público su diagnóstico: aquello era, efectivamente, el fuego de san Antón, una enfermedad muy dolorosa y prácticamente incurable.
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-Tieneel fuego de san Antón...
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¿Del fuego de San Antón?
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-Vuestromarido está bien, sí, y nadie diría que ha pasado por el terrible trance del fuego de san Antón.
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Pues bien: mi marido acaba de morir hace una semana del fuego de san Antón y quisiera que me contarais qué ha sido de él.