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En un instante su flamígera espada trazó amplio círculo a su alrededor.
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Plomizas volutas de humo se elevaban desde la flamígera línea de ataque.
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Ojalá un deslizador afrontara el clima y la selva flamígera para rescatarme.
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Su expresión era fría y feroz; el cabello, una flamígera masa desgreñada.
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En realidad, también le diste la espada flamígera para que lo hiciera.
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El dedo flamígero ya ha escrito, por supuesto, y nada puede hacerse.
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El coro será reconstruido, pero en gótico flamígero, el que conocemos actualmente.
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Clavó su flamígero ojo ciclópeo en el gerente local, exigiendo una explicación.
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El colgante que pendía del flamígero cuello no dejaba lugar a dudas.
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El conflicto era morrocotudo, flamígero, estallante como el estallido de un polvorín.
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El coro será reconstruido, pero en gótico flamígero, el que conocemos actualmente.
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Del gótico flamígero, creo -terminódiciendo para él más que para nosotros.
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Monumento nacional minifaldero estilo gótico flamígero en actitud de atravesar paso de cebra.
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Mezcla lo mudéjar con el románico y el gótico flamígero y hasta el oriental.
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El cronista político ha de poseer el temperamento del gótico flamígero y de una selva tropical.
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Era una joya del gótico flamígero, aunque sus altas ventanas exhibían ya los colores del Renacimiento.
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La moda del momento era el gótico flamígero; o sea, barroco no, sino más allá del barroco.
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Comieron en un restaurante cercano a la abadía, Le Petit Dominicain, y la conversación giró en torno al gótico flamígero.
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La semana pasada íbamos por el gótico flamígero -concluyópensativo, mientras rechazaba el rollo de papel higiénico que yo le ofrecía.
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Luego será el saludo desde el balcón del palacio real, un edificio del gótico flamígero con un fantástico campanario sobre la fachada.
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Su abuelo, Juan de Colonia, levantó las dos agujas de gótico flamígero que coronan la catedral y la hacen única en el mundo.
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Estaba junto a las del tratado y a unos pasos de San Antolín, una iglesia sencilla pero bella y armoniosa de estilo gótico flamígero.
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Lo mismo sucede con el Monasterio de Batalha, considerado como una de las siete maravillas de Portugal y obra cumbre del gótico flamígero del país.
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Gótico flamígero, arcos conopiales.
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Desapareció en 1797, cuando buena parte de la iglesia de Saint-Jacques -a excepción de su torre gótica flamígera, se demolió.
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