Llamaban a su puerta con golpes precipitados mientras una voz asustada gritaba:

Llamaban a la puerta con unos golpes precipitados y una voz desesperada gritaba:

Unos golpes precipitados hicieron que la puerta del salón se estremeciera.

Aquél da cien golpes precipitados; éste los para con destreza.

En aquel momento, el gong acolchado de tierra resonó varias veces, con golpes precipitados.

Aturdida, Angélica sentía cómo el corazón le daba golpes precipitados.

Cuando Betty se disponía a regresar a su casa sonaron en la puerta unos golpes precipitados.

Y, a su alrededor, el invisible tamborileo se entregaba ahora a una verdadera orgía de golpes precipitados.

Había esperado retirarse de inmediato, pero aquellos golpes precipitados le revelaron el cansancio y desesperación de sus rivales.

Se oyen unos golpes precipitados en la puerta de la biblioteca y una voz de mujer, muy alterada.

Si la impaciencia hubiera guiado nuestra mano, la roca habría volado en mil pedazos bajo sus golpes precipitados.

Unos golpes precipitados, de urgencia.

Mientras tanto, a lo lejos, la campana de alarma del aserradero desgajaba constantemente un repetir de golpes precipitados y secos.

Trabajaba sin descanso, haciendo deslizar el carro de la Underwood con un tecleteo rápido, ametrallando el papel con golpes precipitados.

Las plumas de su yelmo, los clavos de sus brazaletes, las mallas de su armadura saltan lejos bajo mil golpes precipitados.

Las agujas recorrían a saltos la esfera del reloj de hierro, lanzando silbidos de víbora, y el mecanismo latía con golpes precipitados.