1
La montaña no era más que la piel de aquella gran oquedad.
2
Una gran oquedad en la roca había sido acondicionada para albergar diversos departamentos.
3
Estás en una gran oquedad de piedra, abierta en las profundidades de la Tierra.
4
Se hallaban en una gran oquedad de piedra negra.
5
A todas las casas viejas les suena dentro el vacío del patio, su gran oquedad vertical.
6
La entrada era una gran oquedad, como si el risco tuviera en la cumbre una boca abierta.
7
Belay reposa a un lado de la gruta, junto a la gran oquedad de entrada; no puede dormir.
8
El origen del riachuelo era una gran oquedad que había en la juntura del tronco y las ramas.
9
Solo entonces puse la mira en la gran oquedad negra que había quedado al descubierto al abrir la puerta-tabla.
10
Pero dos horas después vieron dos diminutas tiendas color azul en una gran oquedad, al abrigo de la lluvia.
11
La embarcación pegó un tirón y en la gran oquedad de la noche los pistonazos sonaron como un cántico triunfal.
12
Sobrecogido, miró a lo alto y descubrió una gran oquedad, en forma de embudo invertido, que seguramente comunicaba con el exterior.
13
El laberinto los condujo hasta un espacio más diáfano a modo de antesala situado frente a una gran oquedad abierta en la montaña.
14
Rayos de luz penetraban a través de unas elevadas grietas formadas en la pared exterior e iluminaban así de manera difusa la gran oquedad.
15
Mayta tenía la impresión de vaciarse, la desaparición súbita de sus huesos, músculos, venas, y un frío polar congelaba la gran oquedad bajo su piel.
