Venían cargados con grandesmacutos, con maletas, y el hotel se encontraba lejos de la estación de tren.
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Por eso, nadie se asombra de que en este país de grandesmacutos corruptos y grandes jorocones corruptores tengamos con frecuencia un jorocón entre macuto.
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También llevan un par de sacos, como si fueran grandesmacutos, cargados con el potente explosivo que les dará la fuerza para imponer sus condiciones.