El amor había deshojado allí un heliotropo y se había quedado riendo.

Por la galería abierta entraba una brisa cálida que olía a heliotropo.

Solo un heliotropo callaba y, triste, inclinaba su cáliz hacia la tierra.

El heliotropo y la mimosa florecen junto a los senderos de grava.

Y el humilde heliotropo que se posaba sobre el tórax del esquisto

Doblando una de las diminutas ramas del heliotropo, olía las pequeñas flores.

Un segundo después, el heliotropo de Ruby pasó volando sobre el alféizar.

Su olor a heliotropo era intenso y agresivo; lo arrojó al piso.

Solo me molestaba el intenso olor a heliotropo que invadía aquellas soledades.

Ni el aroma, ni la belleza del heliotropo encajan conmigo, señorita Amelia.

En tal momento llegó Paulina, vestida con mi pijama color de heliotropo.

Era algo alegre, coquetón, con unas cintas color heliotropo en la cintura.

Andreas dio preferencia a las camisas de color heliotropo y azul pálido.

Con ese fin, había creado una piedra preciosa mágica, un heliotropo.

Ruby dio un paso hacia delante, balanceando distraídamente el heliotropo como un péndulo.

Olía a reseda, a tabaco y a heliotropo, que florecían en los canteros.