El bey es un hombredadivoso y no para de hacerles regalos.
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Pues el hombredadivoso une los dos.
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El investigador recuerda que en Trujillo lo reseñaban como un hombredadivoso, regalando mercados, dinero y por eso le hacían el favor de guardarle documentos.
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30-10 Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te amarán más que al hombredadivoso.