Tu evangelio es la Constitución del 93; tu corona, el gorro frigio.

Nadie pensaba en una democracia liberal, con corona o con gorro frigio.

Pero no veo qué relevancia pueda tener para ello el gorro frigio.

Recuerdo la barba hendida de Courbet y el gorro frigio de Boticelli.

Pone su mano sobre su gorro frigio y contempla silencioso el río.