1
Mientras esperaba a que el ignaciano tradujese sus palabras, Dámaso intentó acomodarse.
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Pero el párrafo de este texto ignaciano que más me impresionó decía así:
3
Sin embargo, no conocer los motivos que guiaban al ignaciano le causaba desazón.
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Dientenegro vaciló, luego sacudió la cabeza, lamentando haber mencionado al ignaciano.
5
Hasekura Tsunenaga inclinó la cabeza respetuosamente cuando el ignaciano lo mencionó.
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Aunque desconocía el motivo; el ignaciano parecía empecinado en que aquella expedición diera provecho.
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En suma, un paso adelante y dos atrás, algo muy ignaciano y muy leninista.
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Y, por una vez, fray Sotelo estaba de acuerdo con el ignaciano y oraba junto a él.
9
Era también un jesuita ignaciano de cuerpo entero, con quien estuve en contacto a través de amigos comunes.
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Con el nuncio a su lado, Franco preside el 31 de julio, en Loyola, la apertura del año ignaciano.
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El ignaciano chistó poco convencido.
12
Alcalá tiene mucho sabor ignaciano.
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En el extremo del roquedal, el ignaciano parecía haberse desmayado y Dámaso quedaba oculto por alguna de las peñas.
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Hoy la bebida es parte del folclore ignaciano y lo quieren patentar luego como la bebida oficial de la ciudad.
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Pero antes de que la reina pudiese reprender al ignaciano, intervino María de Sidonia para caldear aún más el ambiente:
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Un nuevo General trataría de reanimar a la Compañía de Jesús, con gravísimas dificultades ante la generalizada corrupción del ideal ignaciano.