Reduje el paso y mientras me aproximaba sentí una incontenible oleada de vergüenza.

Siente una incontenible oleada de pena por ella.

Jacen se sintió invadido por una incontenible oleada de deleite, a la que siguió una repentina inquietud.

Se levantó una incontenible oleada de carcajadas.

Emiko siente una incontenible oleada de alivio.

Estos se acercaban rápidamente cual incontenible oleada, en ligera carrera uniforme, con hachas y espadas en las manos.

Pero aquella pareja no eran sino la vanguardia de una incontenible oleada, que invadió la casa en espantosas oleadas.

Veinte mil colonos occidentales, hombres activos, mujeres, niños y ancianos, perdidos en medio de una incontenible oleada de indígenas que crecía exponencialmente.

Durante una fracción de segundo el Gran Sacerdote sintió una tenue punzada de culpabilidad, pero ésta enseguida desapareció bajo una incontenible oleada de excitación.

Soth le dirigió una mirada asesina, y el pánico que le habían provocado las palabras de la dama cedió ante una incontenible oleada de furia.

Éstos parecerían sepultar, en una incontenible oleada de odio, el mensaje de amor cristiano que el profeta de su pueblo se había esforzado en proclamar.

Pero al pasar sus manos por los barrotes inolvidables le asaltaron incontenibles oleadas de nostalgias.

Entre las incontenibles oleadas de la infantería rusa llegó a la segunda línea alemana de defensas.

-Kibbickse sentía casi embriagado por una incontenible oleada de ira justiciera, y se irguió ante Teroenza-

Ahí, en su escondite, Jacinto Muñiz veía de nuevo las piernas de la mujer e incontenibles oleadas de calor le subían a la cabeza.