Su penosa labor había sido malgastada, su ingenua curiosidad despilfarrada sin utilidad.

Observó su rostro invadido de ingenua curiosidad y le devolvió la sonrisa.

En las finas facciones de Collins se dibujó una expresión de ingenua curiosidad.

Otra maravillosa perla que encontré en aquella biblioteca llevada por mi ingenua curiosidad:

Había en sus palabras más ingenua curiosidad que maldad.

Miguel Ángel sonríe por la ingenua curiosidad del traductor.

Pero experimentaba una especie de ingenua curiosidad, aún después de la tormentosa escena del sótano.

Mientras hojeaba los grabados con ingenua curiosidad, me dijo:

La niña me miró con ingenua curiosidad y levantó las manos como para darme las gracias.

Paseó la mirada por la habitación con aquella ingenua curiosidad suya que yo recordaba tan bien.

La ingenua curiosidad que la había llevado a relacionarse con Rupert y sus experimentos se había desvanecido.

Una pausa, y luego, con ingenua curiosidad:

Hannah estudió los ojos de Alice, de un azul sorprendente, y en ellos solo vio ingenua curiosidad.

Anne Marie, con la ingenua curiosidad de los veinte años, insistió, ¿no será que eres muy exigente con los hombres?

Durante ese tiempo, las tres mujeres examinaban al comandante, con esa ingenua curiosidad que a las gentes del campo no les sonroja demostrar.

Sin embargo, dentro de aquel cráneo envuelto en una piel apergaminada todavía latía la ingenua curiosidad de un niño o de un matemático.