Los dedos de Breaca rascaron la jamba de madera de la puerta.

Junto a la cabeza de Dominic, saltaron astillas de la jamba de madera.

Elena asintió sin moverse, agarrada a la jamba de madera.

Apoyó la oreja sobre la jamba de madera y volvió a bajar los párpados.

Me quedé inmóvil junto a la jamba de madera.

Apreté la jamba de madera de la ventana con tanta intensidad que me clavé astillas.

Clavó la hoja en la jamba de madera.

Un pájaro carpintero, plumas negras y cresta roja, golpeaba con el pico en la jamba de madera.

Llegó con cierta dificultad hasta la puerta y se agarró a la jamba de madera, saliendo luego a la calzada.

Me agarré a la jamba de madera y respiré hondo, dando cada bocanada de aire como si fuera la última.

Permanecía apoyado en la jamba de madera oscura, la mirada perdida bajo las bujías del techo, renuente a entrar, todavía no.

Perdió el equilibrio por el fuerte empujón que le dio., cayó hacia adelante y se golpeó la cabeza con la jamba de madera maciza.

Estaba viejo y oxidado, suelto de la jamba de madera que estaba sujeta al plinto de piedra angulada que hacía las veces de base.

Abrió la puerta de una patada, destrozando en pedazos las jambas de madera y rompiendo los herrajes.

Y sacudía impaciente las estrechas rejas, entre las dos fuertes jambas de madera clavadas en la espesura del zarzal.

Tras envainar por un momento sus armas, las primeras líneas de la Guardia Póstuma oprimieron con ambas manos las sólidas jambas de madera de roble.