Compartimos algo más que nuestro gusto por los jerséis negros, eso está claro.

Vestían chaquetas de cuero negro sobre jerséis negros de cuello alto.

Tres hombres estaban de pie frente a él, vestidos con jerséis negros y pasamontañas.

Un bullicioso grupo vestido con jerséis negros y naranjas subió por la escalera mecánica.

Llevaba trajes grises holgados y jerséis negros de cuello vuelto.

Llevaban jerséis negros y pantalones del mismo color, muy ajustados.

Todos vestían abrigos oscuros, gruesos jerséis negros de cuello vuelto, guantes negros y gorros pasamontañas.

Llevamos jerséis negros de cuello vuelto, pantalones de ese mismo color y zapatillas de deporte.

Vestían con la habitual elegancia del matón: cazadoras de cuero negras, vaqueros negros y jerséis negros.

Los jerséis negros seguían allí, aproximándose ahora.

Ha revisado su armario, perchas y más perchas de negro y gris, pantalones y jerséis negros discretos.

Reconocí uno de sus jerséis negros.

A este ritmo, Dios no lo quiera, pronto empezarás también a llevar jerséis negros de cuello de cisne.

Steve tenía, sin duda, razón en una cosa: tres árabes armados con jerséis negros no estaban allí para almorzar.

Gabriel y los de su generación habían optado por el negro: jerséis negros, chaquetas de cuero negras, botas negruzcas.

Luce vio que su interés declinaba rápidamente al comprobar que todo eran variaciones de las camisetas y jerséis negros reglamentarios.