Pasea suavemente la hoja por el rostro pintarrajeado del jovennochero.
2
Al pasar, recoge la navaja que el jovennochero ha tirado al suelo de la galería.
3
Pero el jovennochero no se mueve.
4
Aparece el sexo del jovennochero, encogido bajo el frío acerado de la hoja que Artigas pasea sobre sus atributos.
5
Al oír al jovennochero llamarle pingüino, el hombre de pelo blanco ha sentido súbitamente un pequeño calorcillo hormigueándole por la periferia del cuerpo.
6
Los jóvenesnocheros que le han perseguido hasta el subterráneo no están, evidentemente, acostumbrados a las migraciones de ratas.