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Los líderes galos esperaban que su gran rey prosiguiese con el discurso.
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Vercingetórix observó con su fría mirada los rostros de los líderes galos.
3
Enseguida se unieron a ellos los tres líderes galos y Oenomaus.
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Sin embargo, César se negó, pero envió en su lugar a algunos líderes galos.
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Las tiendas de los líderes galos no estaban lejos.
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Lo mismo en el caso de Gavius y los líderes galos, si es que quieren participar.
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A vista de pájaro, estaba claro que la batalla concluiría a favor de Espartaco y los líderes galos.
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Los líderes galos protestaron al principio, pero les atrajo la idea de nombrar oficiales a algunos de sus seguidores.
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Los líderes galos sabían que, como otros años, las tropas de César se hallaban diseminadas por un vasto territorio.
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Entretanto, los líderes galos se habían reunido en un concilio para decidir cuántos soldados debían enviar en ayuda de Vercingetórix.
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La mayoría de miembros del grupo escindido era de origen galo, y contaban con unos líderes galos llamados Gránico y Casto.
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Los oficiales de César convergían hacia él desde todas partes, llevándole los estandartes desgarrados y ensangrentados de los líderes galos caídos.
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No había ni rastro de los líderes galos, lo cual significaba que ya habían entrado en la zona de baños embaldosada.
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Resultaría ridículo pensar que, puestos a escoger entre molestar a Barack Obama o a Evo Morales, los líderes galos hubiesen optado por el primero.
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Los líderes galos eran conscientes de que muchos de los nuevos reclutas se unían a sus facciones y que caían bien a centenares de esclavos.
