Evidentemente, la adulación no era el método correcto de plantearle el problema.

Los términos árabes de cortesía suelen emplear con frecuencia esa esmerada adulación.

Elogios, lisonjas, adulación, sarcasmo: éstas son las mayores muestras de hipocresía humana.

Acaso nuestra nueva posición y fortuna no sean ajenas a esa adulación.

Difícil mantener los pies sobre la tierra cuando se recibe tanta adulación.

A cada razón orejean la aprobación o la lisonja, apurando la cordura.

De la misma manera, yo agregué mi lisonja en beneficio de Rosen.

Hanson aceptó la lisonja por la buena intención que la había provocado.

Verdaderamente, resplandecía bajo la influencia combinada de la lisonja y el licor.

En lugar de maltratarlo debía haber intentado ganármelo con amabilidad y lisonja.

La tarasca de pesadas carnes avanzó hacia el portero moviéndose con zalamería.

Ana se aplacó, decidiendo que la zalamería convenía más que la confrontación:

Uno la saludó con zalamería, y ella respondió con una venia seca.

Entraba y salía por sus oídos envolviéndole con su zalamería de embrujo-

Ahora, con toda su zalamería, tenía que procurar llegar al otro extremo.

Qué pasión tildada hoy de vicio o monstruosidad no fue entonces cantada, incensada, deificada.

Prepararlo era una ceremonia incensada por el olor de la canela, las guayabas y los tamarindos.

Se quita las lagañas del ojo con un pulgar y procura seguir la estela dulzona e incensada del grano tostado.

Aplaudida, besada, tocada, incensada, la humilde Astilla palestina, que muchos creen parte del patíbulo de Jesús Nazareno, fue entronizada en la catedral.

Al punto descubrieron a Santa, incensada por un puñado de príncipes sin trono que formaban regia corte de corbatas blancas y casacas de etiqueta.