Las cuchillas que remataban las largas astas tenían una superficie cristalina centelleante.

Las largas astas de sus lanzas dirigían en su dirección las puntas de hierro.

De detrás de cada una de sus diminutas orejas humanas salen unas largas astas blancas.

Aquellas largas astas penetraban a través de protecciones y petos, atravesando a quienes los llevaban.

Apoyados en las largas astas de sus lanzas, discutían animadamente los rastros de la orilla.

Tomó un par de largas astas rematadas en garfios y las levantó, sopesándolas, comprobando su equilibrio.

Me atacó con sus largas astas negras, pero tenía los ojos llenos de lágrimas de mortal agonía.

Los estandartes negros y encarnados, tensos en sus largas astas, aguardaban para volver a cortar el viento.

Los soldados enemigos que portaban las picas, encrespadas como erizos, aún estaban colocándose en posición, sujetando sus largas astas.

Le entregó también una vaina de espada repujada en bronce: dos caballos enfrentados bajo un ciervo de largas astas.

Había hecho falta talar todo un bosque solo para hacer las largas astas de las que colgaban los estandartes.

Se diría que prefieren que ese gigante retroceda y se despeñe, pues ni con las largas astas lo alcanzan.

Frederika contó cinco hombres y cuatro mujeres, además de varios niños y de un rebaño de renos de largas astas.

Lanzaron sus jabalinas contra los atacantes y las largas astas de afilada madera cayeron sobre elfos y alces por igual.

Dos guardas que empuñaban sendas archas les cerraron el paso cruzando las largas astas de sus armas para impedir la entrada.

Los vaqueros de Arles y de Aigo-Morto, a caballo, apoyados en las largas astas de sus picas, contemplan la terrible lucha.