Cuando se levantó tenía hojarasca adherida al cabello y a la nariz.

Cuando se levantó tenía en ellas un par de pequeños objetos.

Cuando se levantó tenía la cara roja y le faltaba aire, pero dijo:

Cuando lo levantó tenía otra vez al árabe ante él.

Cuando se levantó tenía los músculos tensos como una cuerda.

Cuando se levantó tenía un sabor desagradable en la boca.

Cuando se levantó tenía las rodillas mojadas y el agua le corría por el mentón.

Cuando se levantó tenía dos pipas en la mano.

Cuando se levantó tenía un cuchillo en la mano.

Éste rodó por el suelo, pero cuando se levantó tenía el arma en la mano.

Cuando la levantó tenía los ojos llenos de lágrimas.

Cuando se levantó tenía la ropa empapada de sudor.

Cuando la levantó tenía los ojos brillantes, húmedos de lágrimas que no terminaban de derramarse.

No dijo nada; pero cuando se levantó tenía en los ojos una expresión de profunda tristeza.

Cuando se levantó tenía en su mano sana una roca del tamaño de una naranja grande.

Cuando se levantó tenía sangre en la cara.