Su trabajo, por desgracia, consistía precisamente en levantar esas piedras.

Dice que ningún poder humano puede levantar esas piedras.

Había que levantar esas piedras una por una y llevarlas a otra parte en canastas.

Claro que no hay fuerza humana que pudiera volver a levantar esas piedras...

El emisario de Munio, Joziz Aben Joseph, se encarga de levantar esas piedras, y de conducir a Teodosio al tálamo nupcial espada en mano.

Perseguían el dinero hasta debajo de las piedras; lo sucio era cómo levantaban esas piedras.

Pues yo os digo que levantaréis esas piedras doce veces más ahora mismo, y que las sostendréis.

Detenerse en la plaza de Azoguejo y contemplar la hazaña de ingeniería y cómo se levantaron esas piedras sin argamasa es emocionante.