Había ocasiones en que miraba la limpidez del cielo y se sentía feliz.

En la limpidez del cielo crepuscular reinaba, cándida, la soledad de la luna.

Luego aquella limpidez del cielo no dejaba conjeturar la procedencia.

Harry continuaba consultando ansiosamente el horizonte, pero ninguna nube empañaba la limpidez del cielo.

Grandes columnas de fuego se levantaban en llamaradas enormes, y altas humaredas se elevaban hacia la limpidez del cielo de la tarde.

Todo favorecía la palabra, tanto el frescor que emanaba de la charca como el sonido del agua o la limpidez del cielo.

Pensó: "un trueno", simplemente por reflejo adquirido, pero la limpidez del cielo, que ninguna nube alteraba, demostraba claramente lo ilógico de su suposición.

Maravillada, veo a lo lejos el verde pálido de las frondas que separan, con un trazo preciso, la podredumbre terrena de la limpidez del cielo.