1
El día 9, las calles de San Esteban se llenaron de curiosos.
2
Los alrededores se llenaron de curiosos que querían cotillear.
3
Cuando la aparatosa comitiva irrumpió por la calle, azoteas y miradores se llenaron de curiosos.
4
Y las dársenas se llenaron de curiosos que propagaron el acontecimiento por todos los rincones de la ciudad.
5
La voz se corrió entre los vecinos y en pocos minutos las calles más cercanas se llenaron de curiosos.
6
Las calles se llenaron de curiosos y de milicianos, la mayoría de los cuales se dirigía hacia el barrio de Argüelles.
7
Muy pronto se formó un grupo delante de él y los alrededores del árbol se llenaron de curiosos espectadores, entre ellos Jeebleh.
8
Las banquetas se llenaron de curiosos, gente que no había puesto los pies en un burdel y quería ver lo que había adentro.
9
Estos señores llegaron en un coche con la sirena tocando, y todas las ventanas se llenaron de curiosos...
10
La voz corrió como el rayo y las almenas se llenaron de curiosos, los cuales, poco a poco, fueron dejando el lugar a las mujeres.