La asociación de fútbol no se lleva los laureles, sino el país.

Lejos de mi intención disputar a nadie los laureles y la gloria.

Una hoja más se había añadido a los laureles del general Cappella.

Pero no podemos dormirnos en los laureles, porque nadie tiene nada seguro.

Nos hemos dormido sobre los laureles y estamos pagando ahora las consecuencias.

A esta voz, Irina volvióse hacia los laureles de donde había surgido.

Uno corre el riesgo de dormirse en los laureles y volverse descuidado.

Pero aún no era hora de tumbarse a descansar en los laureles.

No hay que entrar en pánico, pero tampoco dormirnos en los laureles.

Así que Hilda se ha ceñido definitivamente los laureles de la victoria.

No puede dormirse en los laureles o se le pasará el arroz.

Que nadie se duerma sobre los laureles de un mal ganado banquete.

Una compañía tan antigua y arraigada no debería dormirse en los laureles.

Tiene que creerlo y ceñirse los laureles del triunfo a mi lado.

Ridley tendrá que procurar no dormirse en los laureles, ¿no le parece?

Vendrá, pues, a tiempo de recoger los laureles que otros habrán cortado.