1
La levanté en brazos con dulzura y la deposité en el mísero lecho.
2
Era la madre de la criatura, tendida en un mísero lecho.
3
Una mañana le fue imposible abandonar su mísero lecho.
4
Ahora permanecía en su mísero lecho de papeles y prendas, aullando para calmar la ansiedad.
5
Rodeaban al mísero lecho diez o doce médicos y cirujanos cuyos rostros eran espejos de consternación.
6
La mula relinchó y se levantó del mísero lecho de paja; sus herraduras arrancaron chispas del adoquinado.
7
Subieron la escalera y llegaron al primer piso formado de una sola habitación donde había un mísero lecho.
8
La reducida celda era baja de techo y sombría; sin embargo, distinguió al soldado herido sobre el mísero lecho.
9
El viejo Scharf, tendido sobre la paja de su mísero lecho, empezó a gemir así que entraron sus hijos.
10
Una sola ventana iluminaba la habitación; tres o cuatro sitiales, una mesa y un mísero lecho, constituían todo el ajuar.
11
Lo vieron saltar de su mísero lecho, como presa de la fiebre, y apartar una piedra suelta de la pared.
12
Una vez refugiado en su aposento, se desplomó sobre su mísero lecho y se tapó la cabeza con las sábanas.
13
Incluso la amplia mesa gris colocada en el centro de la estancia se transformaba por la noche en un mísero lecho.
14
Una pobre jornalera enferma, abandonada por todos, infeliz: la vi tumbada y la oí gemir en su mísero lecho de dolor.
15
En la otra pieza, utilizada de dormitorio, había un mísero lecho de madera con varias mantas de pieles de búfalos y de cabras.
