La madre del sogún hizo un movimiento de aquiescencia con la cabeza.

La madre del sogún estudió a sus visitantes con franco interés.

Tengo previsto entrevistar a la madre del sogún y a la funcionaria mayor.

Consciente de su responsabilidad de entretener a la madre del sogún, señaló por la ventana-

Reiko y Midori se arrodillaron frente a la madre del sogún e hicieron una reverencia.

Su amiga Midori, dama de compañía de la madre del sogún, entró corriendo y se arrodilló.

Detestaba la idea de preocuparla, sobre todo cuando aún sufría los efectos de haber sido secuestrada junto con la madre del sogún.

Aunque Reiko quería preguntarle por Verdad Piadosa y sus acusaciones contra la secta, tenía que alejar a la madre del sogún del templo.

La mirada oblicua que el sacerdote dirigió a Reiko sugería que, en cuanto hubiese cumplido con la madre del sogún, tenían secretos que compartir.

Como la madre del sogún tenía otras sirvientas que la atendieran y apreciaba mucho a Sano, permitía que Midori visitara la mansión con frecuencia.

Era hija de un poderoso daimio -unseñor provincial-y a sus dieciocho años oficiaba de dama de honor de la madre del sogún.

Ni sermonean públicamente a la madre del Sogún.

-¿Le has pedido ese favor a la madre del sogún?

Soy la madre del Sogún.

¡Si mi señor y yo acusáramos falsamente a la madre del sogún, sería traición!

-Muybien -replicóla madre del sogún con indiferencia.