Despacio, se dio la vuelta y volvió a mirar temeroso el cuerpo tendido en el suelo con medio pecho desgarrado.

Los gemelos se miraron temerosos, pero pronto se mostraron llenos de decisión.

Las agonías, en especial Agrimonia, la miró temerosa de recibir un castigo.

Me miró temeroso, preocupado por la barbaridad que se me hubiera ocurrido.

Ella lo miró temerosa, como si hubiera quedado hipnotizada por su fiereza.

La miré temeroso y en ese momento abrió los ojos mirándome fijamente.

Josef lo miró temeroso, y, sin embargo, fascinado, con los ojos brillantes.

Ajira lo miró temerosa y luego me llevó lejos de la aldea.

Al dirigirme tambaleante hacia la puerta, miré temeroso por sobre mi hombro.

Apoyados contra la espalda del otro, ambos miraban temerosos a su alrededor.

Brunegilda miró temerosa la gran mole que se erguía frente a ella.

Lo miran temerosos, como si esperasen algún acto monstruoso por su parte.

Aquí lanzó un suspiro profundo, permaneció callado un rato, miró temeroso alrededor.

Los marcianos que dormían se despertaron sobresaltados, mirando temerosos a su alrededor.

Perla de Sol le miró temerosa, comprendiendo quién era el otro dios.

Garsenda levantó la cabeza y miró temerosa a Cirac y a Tolosa.