Más tarde, a salvo bajo el agua, nadaban con rapidez.

Kawanoto capturó unos pocos de aquellos pececitos que nadaban con rapidez y los puso en un pequeño cuenco.

Cinco metros por encima del eje central, dos fines y dos hombres nadaban con rapidez hacia la proa de la nave.

Una tracería de estanques recogía los desechos que caían pausadamente de las espiras, y peces modificados nadaban con rapidez entre viscosas raíces.

Éste vivía en un mundo de chicos violentos y fuertes, llenos de actividad, que hacían carreras, jugaban al béisbol y nadaban con rapidez.

Nadaban con rapidez, moviéndose con mucha más facilidad que sus compatriotas que estaban sobre ellos, en la superficie.

Nadaban con rapidez y cuidado para que la ciudad no los dejara atrás pero no parecía haber nuevos peligros en el agua.