1
Sibyl se puso a temblar de pies a cabeza, estremeciéndose como un narciso blanco.
2
A Oliverio le gustaba el narciso blanco.
3
Olía a lirios y la pequeña colina estaba llena de narcisos blancos.
4
En ese momento, percibió de nuevo el olor a narcisos blancos.
5
Deambuló por el soleado jardín recogiendo narcisos blancos de corazón escarlata.
6
Iré a comprar narcisos blancos, unas flores preciosas, en una floristería llamada Ceibo.
7
Eran exuberantes peonías cremosas, narcisos blancos como la nieve y lirios color bronce.
8
Muchas veces he leído sobre los narcisos blancos y me he preguntado cómo serían.
9
Apitt llevaba un ramo de narcisos blancos en la mano.
10
Avancé unos pasos hasta los narcisos blancos y constaté que todas las cabinas estaban desocupadas.
11
Había centenares de jarrones rojos con miles de narcisos blancos colocados en las decenas de mesas.
12
La única diferencia era el jarrón con narcisos blancos situado en medio de los dos lavamanos.
13
Cogió cuatro tacitas esmaltadas de la estantería y dispuso en ellas unos ramilletes de narcisos blancos.
14
Aquellos jóvenes parecían formar una especie de sociedad cerrada, cuyo emblema era una flor de narciso blanca.
15
Entonces se acordó de los narcisos blancos que Bedelia había plantado en el tiesto de mayólica azul.
16
Volví a bajar, recogí los narcisos blancos, que yacían en la penumbra, y volví a la cocina.