La idea me llegó a obsesionar tanto que escribí el principio enseguida.

Rara vez se había llegado a obsesionar tanto.

Holly se llega a obsesionar tanto con ellas que su madre y mejores amigas empiezan a preocuparse por aferrarse al pasado.

No tardó ese amor en obsesionar tanto a Jeanne que se pasaba la noche sentada al lado de la cuna, mirando dormir al niño.

Me obsesiona tanto esa idea, que oigo el llanto de un niño.

Volvió a asentir: ¿por qué les obsesionaba tanto quién hubiera en casa?

Aquella idea le obsesionaba tanto, que pensó que no podría comer nada.

La pregunta era innecesaria, pero me obsesionaba tanto como Miriam lo había hecho.

La economía les obsesionaba tanto como la teología a sus ancestros.

Nunca he entendido por qué los demás se obsesionan tanto por los objetos.

Me había demostrado a mí misma que no me obsesionaba tanto.

Pero ¿qué es lo que obsesiona tanto a las mujeres de esta historia?

A Claudio le obsesionaba tanto como a Mengele la eterna juventud.

Y quizá por eso Roberto se obsesionó tanto con controlarlo todo.

Sus palabras, sus caricias, la obsesionaban tanto como el inocente rostro de Tolly.

Me obsesioné tanto que, llegada a un punto, ni siquiera yo me importaba.